# C a m u n i

19 marzo 2010

Liberen a la orca Tilly y a todos los animales castigados en el circo

"El mes pasado, en el parque de diversiones Sea World de Florida, una ballena agarró a una entrenadora, Diane Brancheau, la hundió en el agua y la batió a golpes. Para cuando llegaron los rescatistas, Brancheau ya estaba muerta. La muerte de la entrenadora es una tragedia, y no se puede sentir más que compasión por su familia. Pero el incidente plantea interrogantes más amplios.

¿El ataque fue deliberado? ¿La ballena, una orca llamada Tilikum y apodada Tilly, actuó como resultado del estrés de estar cautiva en un tanque de concreto esterilizado? ¿Estaba cansada de que la obligaran a hacer piruetas para entretener a las multitudes? ¿Está bien mantener a animales tan grandes en un confinamiento tan reducido?
Nunca sabremos lo que le pasó por la mente a Tilly, pero sí sabemos que estuvo en cautiverio desde que tenía aproximadamente dos años. Las orcas son mamíferos sociales, y debió de haber estado viviendo con su madre y otros parientes en una manada. Es razonable suponer que la separación repentina fue traumática para Tilly.

El grado de confinamiento en un acuario es extremo, ya que ningún tanque, por más grande que sea, está en condiciones de satisfacer las necesidades de animales que se pasan la vida en grupos sociales nadando largas distancias en el océano.
Pero si vamos a señalar con el dedo a Sea World por lo que les hace a sus animales cautivos, también deberíamos ampliar la mirada y considerar la manera en que confinamos a los animales amaestrados. En la mayoría de los países, es posible visitar zoológicos y ver animales aburridos que deambulan de un lado a otro en las jaulas, sin nada que hacer más que esperar la próxima comida. Los circos son lugares aún peores para los animales. Sus condiciones de vida son deplorables, especialmente en los circos itinerantes donde las jaulas tienen que ser pequeñas para que se las pueda trasladar en las giras. Entrenar a los animales para que realicen pruebas suele implicar inanición y crueldad.
Varios países -entre ellos Austria, Costa Rica, Dinamarca, Finlandia, India, Israel, Suecia, Brasil y Bolivia- prohíben o restringen severamente el uso de animales salvajes en circos.
Los intentos por defender los parques de diversiones y los circos con el argumento de que "educan" a la gente sobre los animales no deben tomarse seriamente. Estas empresas son parte de la industria del entretenimiento comercial. La lección que dan es que es lícito mantener a los animales en cautiverio para que los seres humanos se diviertan. Eso es contrario a la actitud ética que deberíamos tratar de impartir a los niños.

Tampoco deberíamos dejarnos convencer por el argumento de que los circos son fuentes de empleo. El comercio esclavo humano también ofrecía empleo, pero ese no era un argumento para perpetuarlo.
Cuando nuestros hijos nos pidan que los llevemos al circo, deberíamos averiguar si el circo usa animales salvajes. Si lo hace, deberíamos explicarles a nuestros hijos por qué no los llevaremos allí y ofrecerles ir a un circo donde no haya animales salvajes ni agredidos. "
Peter Singer- Copyright Clarín y Project Syndicate, 2010.