"Buenos caciques, hermanos y guerreros: el huinca [blanco] pillo y ladrón una vez más nos amenaza con traernos la guerra para apoderarse de nuestras mapu [tierras] y nuestro cullín [hacienda]. Si nos quita lo que más queremos, ¿adónde iremos a parar? ¿Cómo podremos vivir? ¿Hasta cuando nos hemos de aguantar la insolencia del intruso que se ampara en sus tralcas y nos mata sin piedad? ¿No somos acaso hombres como ellos? ¿No tenemos familia, mujeres, niños y ancianos que no pueden defenderse y han de sufrir la guerra que nos hacen? Nuestra suerte se vuelve cada día mas adversa. El huinca al parecer no quiere trato con nosotros. ¿Acaso los pehuenches tenemos la culpa de que los huiliches, salineros y ranquilches les hagan malones? ¿Hemos hecho los puelches últimamente algún malón a las ciudades huincas ? ¿No nos hemos dedicado a bajar criando nuestras ovejas y vacas, boleando nuestros avestruces y guanacos para vivir sin exigir del huinca, como hacen aquellos paisanos, ninguna clase de ayuda? Entonces, ¿por qué el huinca nos quiere exterminar ?
Pero ya se comprende su intención. Quiere robarnos nuestras tierras para hacer pueblos y obligarlos a trabajar en su provecho. Quiere privarnos de nuestra libertad; quiere acorralarnos contra la cordillera y echarnos de nuestros campos, donde nacieron nuestros padres, nuestros hijos y deben nacer nuestros nietos."
Cacique pehuenche Purrán.
El ocaso de Purrán, Las matanzas de Neuquén. Crónicas mapuches.