" Allí gozo de su espíritu y de su soledad y durante diez años no se cansó de hacerlo. Pero al fin su corazón se transformó, y una mañana, levantandose con la aurora, se colocó delante del sol y le habló así: ¡"Tú gran astro! ¡Qué sería de tu felicidad si no tuvieras a aquellos quienes iluminas ! ... Yo , lo mismo que tú, tengo que hundirme en mi ocaso ... Mira, esta copa quiere vaciarse de nuevo, y Zaratustra quiere volver a hacerse hombre ... "