# C a m u n i

31 julio 2011

Medianoche en París.

Foto de la Noticia
Personajes como Ernest Hemingway, Pablo Picasso, Scott Fitzgerald, Salvador Dalí, Luis Buñuel.

¿No sería un privilegio poder hablar de nuestros miedos, angustias o de cualquier tipo de congoja con los mejores cerebros de la historia? Sentiríamos un gran alivio si habláramos de la muerte con Platón o con Descartes. Descubriríamos facetas ocultas de nuestro propio ser si nos abriéramos a Kant, a Aristóteles, o a Montesquieu. Para eso sirve la terapia filosófica, porque los medicamentos no pueden hacer que una perdona deje de temer a la muerte; o incluso pueden llegar a ser contraproducentes.   
Desgraciadamente vivimos en un mundo donde se etiqueta todo, existe un síndrome para cualquier cosa. Parece necesario incluso inventar dolencias donde no existen. Esta tendencia debe ser erradicada. No puede darse medicamentos a una persona cuando no está enferma. Ninguna medicina puede hacer que la persona se conozca a sí misma. tampoco hará que alcance sus objetivos ni que entienda a la sociedad que lo rodea.
Las angustia o la ansiedad, que aparece ante la idea de la muerte o ante un cambio drástico hace que nos preguntemos un sinfín de cuestiones. Estas preguntas son poco originales ya que fueron planteadas anteriormente y los grandes filósofos las respondieron. Tal vez esas respuestas no sn las que buscamos, pero pueden ayudarnos a encontrar nuestra propia explicación y consuelo.
Quien quiera encontrar pareja o necesite elegir la pareja más adecuada debería consultar a Buda, La Tsé, Aristóteles o Séneca; Si alguien ya la tiene y desea mantenerla puede consultar a Hobbes, Pitágoras, Sócrates o, aunque parezca mentira, Maquiavelo; Si debes tomar decisiones y terminar con una pareja o continuar infeliz con ella, consulte a Ayn Rand, Dalai Lama ("Sé inteligentemente egoísta"), a Immanuel Kant ("Asegurrse la propia felicidad es un deber") o a Jean-Paul Sartre.
Si no estas satisfecho con tu vida laboral, deberías leer a Voltaire, a Rosseau ("El hombre nace libre, pero por todas partes está encadenado") y a Aristóteles.
Si no sabemos que hacer con nuestras vidas,, carecemos de objetivos o sentimos un gran vacío vital, evitaremos el suicidio con Simone de Beauvior, Thomas Mann y Kipling. Los miedos pueden tratarse con Hume, Confucio, Tsé.