# C a m u n i

02 julio 2012

Alter Ego

Notaba que movía demasiado sus manos, eso siempre era su manifestación de nerviosismo. Recuerdo que yo también acababa por ponerme nerviosa con sólo verla. Pero esta vez no había motivos ni preocupaciones para sus nervios, nadie golpeaba, nadie interfería, nadie la molestaba. Irritada de tanto verla mover en su silla, pero con cierta compasión porque sabía perfectamente que por algo ella así estaba, le pregunte:- Yo no quiero meterme en tus asuntos pero me gustaría saber cual es el motivo por el cual te mueves desenfrenadamente, sé de tus nervios. Tardó en contestarme, ensimismada en lo que estaba haciendo, parecía que escribía una carta:- No voy a tranquilizarme hasta que termine de escribir esto.